La entidad Cruz Blanca de Huesca ha vuelto a ser la entidad más comprometida en Aragón con la prevención del Suicidio y el Duelo esta pasado jueves 11 de septiembre en el Teatro Olimpia de Huesca organizando un Cine Fórum  en colaboración con el Festival Internacional de Cine de Huesca, una cita que ha puesto el foco en el suicidio y su prevención. La jornada ha incluido la proyección del documental El estigma del silencio (2024), dirigido por Sergio Hernández, y el cortometraje Lo que no se ve (2025) de María Algora y Mikel Bustamante.

Los tres han participado en un coloquio posterior junto con José Manuel Dolader, director de la Asociación la Barandilla y del medio social radiodiversidad.comAlberto Hernández, psicólogo del Teléfono de la Esperanza en Aragón, y Lucía Torner, psicóloga de Cruz Blanca Huesca, que ha sido la moderadora del diálogo.

En la foto de portada vemos por la izquierda a Alberto Hernández, José Manuel Dolader, Mikel Bustamante, María Algora, Sergio Hernández y Lucía Torner durante el debate después de las proyecciones.

La presentación del evento

La apertura ha corrido a cargo de Ana Gota, directora de la Casa Familiar de Cruz Blanca Huesca, y de Estela Rasal, directora del Festival de Cine. Ambas han coincidido en destacar la necesidad de abrir espacios de visibilización y acompañamiento frente a un problema que en España se cobra la vida de once personas al día y deja más de doscientos intentos diarios. «Son cifras demoledoras, y detrás de ellas hay dolor, sufrimiento y vidas truncadas. Y no nos referimos solamente a las víctimas, sino también a sus familiares y amigos que necesitan comprensión, apoyo y recursos. Desde Cruz Blanca acompañamos, escuchamos y visibilizamos a las personas que están pasando por situaciones de dificultad”, ha subrayado Gota.

Ha recordado además el trabajo pionero del Centro de Escucha Javier Osés, impulsado por los Hermanos de la Cruz Blanca en 2018, y ha citado expresamente como impulsor al hermano Juan Vela, que se encontraba en la sala y ha recibido un caluroso aplauso. Por su parte, Rasal ha subrayado que “el cine y proyectos como este permiten contar historias que visibilizan realidades y generan conciencia colectiva”.

Los participantes en el debate junto a personalidades que asistieron a este Cine Fórum.

Este evento ha contado también con la asistencia de la vicepresidenta de la Diputación Provincial, Celsa Rufas, la directora provincial de Educación, Mónica Martínez, el director provincial del IASS, Carlos Oliván, la concejala de Participación Ciudadana, Susana Oliván, la directora general de Inclusión Social y Voluntariado María Charle, y representantes de entidades sociales de Huesca, como la Plataforma del Voluntariado de Huesca, la Asociación Artritis Oscense, el Centro Solidaridad Interdiocesano de Huesca, Cáritas, Cruz Roja, Asapme Salud Mental, Cadis Huesca, Arcadia y DFA (Disminuidos Físicos de Aragón).

Los profesionales

Los dos expertos en prevención del suicidio, Alberto Hernández y Jose Manuel Dolader, han coincido en destacar la importancia de las entidades sociales que se están creando por todo el país,  junto a la formación que están adquiriendo los profesionales que actúan en favor de la prevención del suicidio. En el año 2024 han bajado los suicidios (111 personas menos se han suicidado respecto al 2023) después de un crecimiento año tras año desde el 2018, estando previsto que este año 2025 de nuevo vuelva a bajar la cifra de personas que pierden la vida por suicidio.

También han destacado la importancia de los medios de comunicación en este arduo trabajo, ya que han dado visibilidad a las reivindicaciones del tercer sector reclamando un Plan Nacional de Prevención del Suicidio y actuaciones en las distintas comunidades, con lo que la clase política se ha visto obligada a actuar y comprometerse con este grave problema de salud pública.

Huesca se está concienciando cada año más sobre la importancia de dar visibilidad al trabajo de la Cruz Blanca.

Los directores de las dos proyecciones audiovisuales

Sergio Hernández, ha explicado que el documental El estigma del silencio nació de una experiencia cercana que le marcó profundamente. “El detonante fue que uno de mis mejores amigos, Miguel Ángel, que de hecho aparece en el documental, tuvo dos intentos de suicidio”, recuerda. Aquella situación sacudió a todo su grupo de amigos, que no sabía cómo reaccionar ni cómo acompañarle. “No sabíamos qué decirle, cómo encauzarle, qué hacer con esa situación, porque no teníamos ningún tipo de información”, explica.

Ese desconcierto le llevó a investigar en busca de algún recurso audiovisual que le ayudará a entender mejor lo que estaba pasando. “Como cineasta pensé en buscar un documental, pero vi que prácticamente no había nada”, relata. La ausencia de materiales divulgativos coincidió con el descubrimiento de una realidad que desconocía: en España se suicidan once personas al día y más de doscientas lo intentan. “Son cifras altísimas y yo no era consciente. Eso me hizo poner el foco en el tema y poco a poco empecé a trabajar en el documental, sobre todo para darle visibilidad, porque creo que la mayoría de la gente lo desconoce”.

En ese camino, Hernández encontró un apoyo fundamental en asociaciones, profesionales y familias. “He aprendido muchísimo con ellos. El documental se basa en entrevistas con presidentes de asociaciones, psicólogos, psiquiatras, familiares y supervivientes. De cada perfil aprendí algo, pero lo que más me transmitió fuerza fueron las madres de los chicos que se suicidaron. De su coraje saqué la motivación para seguir adelante con este proyecto como una causa propia”, afirma.

La fuerza del cine, sostiene, reside en su capacidad de emocionar y conectar. “Aunque el tema es muy trágico, un formato visual es más atractivo que leer un documento o escuchar una charla. Ver a madres hablando directamente a cámara tiene una potencia enorme, traspasa la pantalla y llega muy adentro”, asegura.

Sin embargo, no siempre fue fácil encontrar voces dispuestas a dar un testimonio público. “Como dice el título, existe un estigma y un silencio que hacen que muchas personas no quieran hablar o no hayan superado el duelo. Te cuentan su historia en privado, pero no desean hacerla pública. Por eso admiro tanto a los que aparecen en el documental, porque han sido muy valientes al dar la cara, ya sean familiares o supervivientes. Sus testimonios son los que más pueden ayudar, porque permiten a otros verse reflejados y comprobar que se puede salir adelante”.

El director defiende que el cine puede convertirse en un instrumento de prevención. “Uno de los lemas del documental es que es una obra para salvar vidas. Puede sonar ambicioso, pero si una sola persona, después de verlo, se siente reflejada y pide ayuda, nosotros ya sentimos que hemos ganado”, afirma.

Hernández critica que el suicidio siga siendo un tema ausente en los medios salvo en ocasiones puntuales. “Hice el documental porque vi que no se hablaba prácticamente nada. Es cierto que ahora se menciona un poco más, sobre todo cuando llega el Día Mundial de la Prevención del Suicidio, o si ocurre un caso mediático, pero el resto del año apenas tiene presencia. Y es una pena, porque estamos hablando de once muertes al día”, subraya.

A su juicio, la clave está en cambiar la narrativa. “Hablar del suicidio ayuda a prevenirlo, siempre que se haga con responsabilidad, sin morbo y con rigor. De lo que no se habla no existe. El primer paso para cambiar esta dinámica es nombrarlo, con cuidado y con cabeza, pero hablarlo”, insiste.

El documental no se ha quedado solo en los cines o festivales. “Lo que más hemos hecho es llevarlo a institutos y centros culturales. Siempre lo acompañamos de una charla posterior con un psicólogo o un superviviente. Las críticas han sido muy positivas y lo que más valoramos es comprobar qué sirve. En algunos institutos, después de la proyección, se han abierto protocolos porque algún alumno o alumna se ha atrevido a expresar lo que sentía. He visto con mis propios ojos a una chica romper a llorar y han podido encauzarlo a tiempo. Gracias al documental ella ha podido sacar a luz lo que sentía y lo que le pasaba y se ha abierto un protocolo. Algo estamos haciendo bien”, ha apuntado.

El proceso de creación de El estigma del silencio se prolongó durante dos años y se estrenó en diciembre de 2024. Desde entonces ha pasado por cines, festivales y centros educativos, y esta misma semana lo podemos ver en las plataformas Filmin y FlixOlé. “Estamos muy contentos porque también tenemos ya programadas proyecciones en institutos hasta final de año”, explica.

Sobre el mensaje que espera que reciba el espectador, Hernández lo tiene claro: “Es amplio, porque cada persona puede sacar su conclusión. Pero para mí lo más importante es que se conozca una realidad que suele estar oculta, que no se le dé la espalda y que empecemos a hablar más de todo este tema. Hablar ayuda a prevenirlo”, ayuda a prevenir el suicidio y a superar el dolor de las personas que han perdido a un ser querido por causa de un suicidio.

El público asistente se ha emocionado con esta nueva modalidad de CINE FÓRUM.

Lupe Paracuellos, una asistente que se desplaza desde Zaragoza todos los años a la jornada organizada por la Cruz Blanca, ha señalado que ha sido el año más interesante y motivador por la forma de realizarse este año y por el lugar elegido para elegir esta jornada.

El cortometraje “Lo que no se ve” esta dedicado a reflexionar sobre el suicidio y sus consecuencias. María Algora, directora, actriz y autora del guión, se expresó con fuerza: “Queríamos hablar de los que se quedan, de esas familias o amigos a los que les arrancan un trozo de sí mismos y que, sin embargo, tienen que seguir adelante”. Con esta obra, se reivindica la importancia de abordar la salud mental, la prevención del suicidio y de derribar tabúes que pesan sobre la sociedad.

María Algora y Mikel Bustamante, durante el debate en este magnífico Cine Fórum.

El cortometraje, codirigido por María Algora y Mikel Bustamante, tuvo una duración de 19 minutos y parte de un giro devastador: Ane, la protagonista, descubre que la muerte de su padre no fue natural, como siempre le había contado su madre, sino un suicidio. Esa verdad cambia por completo la relación con su progenitora. El verano, y un día juntas en el pantano, se convierten en los espacios donde lo no dicho, lo oculto durante años, finalmente sale a la luz y da paso a la reconciliación.

“Lo que no se ve” nace de una experiencia personal de la cineasta. Recuerda cómo, con 16 años, durante una comida familiar, se enteró de golpe de que un pariente cercano se había suicidado. Hasta entonces le habían contado que había fallecido de un infarto. “Fue un gran shock para mí. Y a raíz de ahí empecé a hablar mucho con mi padre de lo que era esto y a entender que la depresión es una enfermedad”, explicó.

María indicó al público que este cortometraje Lo que no se ve lo podemos ver en Atresplayer hasta el 30 de septiembre, abierto al público.

¡Ya estamos todos esperando al próximo septiembre para ver que nueva jornada organiza Cruz Blanca de Huesca!