Este año celebramos el 25º aniversario de la declaración de la Asamblea General que, en su resolución 47/1962, de 22 de diciembre de 1992, hizo del 17 de Octubre el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza.

Este año celebraremos también el 30º aniversario del llamado a la acción del padre Joseph Wresinski—que constituye el pilar del 17 de octubre como Día Mundial  para la Erradicación de la Extrema Pobreza —y de su reconocimiento por las Naciones Unidas como el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza.

El llamado a la acción del 17 de octubre, lanzado hace treinta años, está inscrito en el texto de la Placa conmemorativa en la Plaza de los Derechos Humanos y Ciudadanos de Trocadéro, en París, que se inauguró en presencia de 100.000 personas:

El 17 de octubre de 1987, defensoras y defensores de los derechos humanos y de los ciudadanos de todos los países se reunieron en esta plaza para rendir homenaje a las víctimas del hambre, la ignorancia y la violencia. Reafirmaron su convicción de que la miseria no es una fatalidad y proclamaron su solidaridad con quienes luchan a través del mundo para acabar con ella.

“Allí donde hay personas condenadas a vivir en la miseria, los derechos humanos son violados. Unirse para hacerlos respetar es un deber sagrado”.

Padre Joseph Wresinski instaló una réplica de la Placa conmemorativa con este mismo texto en la sede de las Naciones Unidas de Nueva York, en el jardín norte.

Sin palabras.

El Compromiso de Acción reconoce el conocimiento y el valor de las familias que viven en situación de pobreza en todo el mundo, la importancia de unirse a las personas más desfavorecidas y de crear una alianza con ciudadanos y ciudadanas de toda condición para poner fin a la pobreza. Este llamado surge de la experiencia personal de Joseph Wresinski, que vivió en la pobreza siendo niño, de su lucha diaria junto a su familia para superar la vergüenza y la exclusión social, así como de su compromiso ininterrumpido para hacer oír la voz de miles de familias que viven en situación de pobreza en todo el mundo.

El Compromiso de Acción, retomado y reproducido en muchos países, ha hecho que personas que viven en situación de extrema pobreza puedan romper el silencio y actuar en solidaridad con quienes aspiran a luchar a su lado.

El tema de la conmemoración de este año nos recuerda la importancia de la dignidad, de la solidaridad y de escuchar a las personas más desfavorecidas. El Compromiso de Acción pone de manifiesto estos valores para luchar y poner fin a la pobreza en todas partes.

Sin palabras

Estos son también evidentes en la Agenda 2030 de las Naciones Unidas para el Desarrollo Sostenible que fija la erradicación de la pobreza como el objetivo fundamental y obliga a todos los países a poner fin a la pobreza bajo todas sus formas, mediante estrategias que garanticen el ejercicio de todos los derechos humanos y aseguren que no se deja a nadie atrás. La importancia de sensibilizar al público, de la voz y de la participación activa de las personas que viven en pobreza extrema es reconocida a la vez en el texto de la misma Agenda y en el proceso de las consultas conducidas por las Naciones Unidas que han garantizado que las preocupaciones y prioridades de millones de personas, en particular de las personas que viven en extrema pobreza sean escuchadas y tomadas en cuenta. La participación activa de las personas que viven en situación de pobreza extrema será esencial para el éxito de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Construir un mundo libre de pobreza ofrece un camino hacia la promoción de sociedades pacíficas e inclusivas, como afirma el objetivo nº 16 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Una de las metas principales de este Objetivo es garantizar a todos los niveles un dispositivo para la adopción de decisiones inclusivas, participativas y representativas. Por tanto, el Objetivo nº 16 hace hincapié en uno de los elementos fundamentales del Compromiso de Acción del 17 de octubre, que consiste en animar a las personas que viven en situación de extrema pobreza a romper el silencio que esta les impone y a actuar en solidaridad con quienes aspiran aluchar a su lado contra la pobreza. La crisis ha empobrecido a España y, sobre todo, a sus niños. Cada vez hay más menores pobres y, con la recesión, aumentan también las posibilidades de que su pobreza se haga crónica, de que nunca salgan de ella. Uno de cada tres niños vive por debajo del umbral de la pobreza y uno de cada 10 es pobre severo, es decir, su familia subsiste con menos de un tercio de la renta media. Los menores de 0 a 17 años constituyen además el grupo de edad en el que se da un porcentaje más alto de pobreza.

ESTE ES UN DÍA MÁS PARA MILLONES DE PERSONAS QUE VIVEN EN LA EXTREMA POBREZA.