Las políticas activas de empleo y empresariales llevadas a cabo por los distintos gobiernos de las últimas décadas decidieron apostar, con el apoyo de la Unión Europea, por el turismo, y en especial por la hostelería en nuestro país convirtiéndolo en un referente mundial.
Prueba de ello son los más de 83 millones de turistas que visitaron España en el año 2019. En Madrid recibimos a 10,4 millones de visitantes (2,1 más que en el año anterior), de los cuales el 55% fueron internacionales y el 45% nacionales. Eso supone más de 30 millones de comidas o cenas en restaurantes que afectan a la mayoría de las hostelería de nuestra ciudad, señala Francisco Ruiz, experto en hostelería y director del programa de radio especializado en gastronomía y viajes «El color de viajar» y de la revista Tural Viajes que iba a relanzar esta pasada primavera.
Esta pandemia ha supuesto un parón inversor muy importante para muchos sectores vinculados con la hostelería, las agencias de comunicación y las entidades que se dedican a realizar eventos van a tener que reconvertirse o cerrar después de meses sin actividades. Los pequeños hosteleros que necesitan de publicidad bastante harán si consiguen seguir manteniendo abierto sus negocios.
Grandes proyectos como el Mercado Gastronómico que estábamos desarrollando con Juan Pozuelo en un nuevo e importante centro comercial en las afueras de Madrid lo hemos tenido que paralizar. Estaba prevista su apertura este año, pero ya se habla de abrir en noviembre del próximo año y es difícil valorar si los inversores podrán aguantar económicamente el parón que supone esta pandemia y las dudas de un futuro no muy halagüeño. Ahora estamos analizando un proyecto de una arrocería para llevar a los clientes a sus domicilios.

Juan Pozuelo es un gran chef y además de cocinar es un excelente comunicador ya que ha realizado programas gastronómicos en distintas televisiones. Juan reclama ayudas más directas a la hostelería ya que el cierre de los establecimientos que se están llevando a cabo no solo perjudica a los empresarios, también a cocineros y camareros pues alrededor de los restaurantes se ha desarrollado una amplia red de negocios que viven directamente de servir productos a estos establecimientos.


Algunas excelentes bodegas especializadas en la hostelería tienen que reinventarse.

Señala Juan que muchas bodegas se han especializado en una producción de muy buenos vinos para servir directamente a la hostelería. Este parón del consumo y el cierre de establecimientos les puede llevar a un cierre a corto plazo, ya que no tienen ni producción ni capacidad para entrar en las grandes cadenas de distribución y lo mismo pasa con otros sectores que se habían especializado en distribuir sus productos a los bares y restaurantes.
Un ejemplo de la situación que estamos viviendo es el reciente cierre del primer restaurante que recibió en España las tres medallas de la Guía Michelin, Zalacaín.
A la muerte de su fundador Jesús María Oyarvide, uno de sus mejores clientes, Luis García-Cereceda decide hacerse cargo del restaurante y relanzarlo dentro del Grupo La Finca, sin embargo como empresario ha entendido que ante la falta de turismo y la importante bajada de clientes por culpa de esta pandemia no tiene sentido tener abierto un negocio que produce todos los días perdidas. Sin embargo esto, reconoce Juan, no supone un cierre definitivo, pues la marca Zalacaín puede hacer que se vuelva a abrir por el mismo empresario o por otro grupo interesado en explotar esta marca tan reconocida.
Ante esta situación los distintos gobiernos, tanto nacional como autonómico, tienen que comprender que dejar caer la hostelería supondrá un deterioro muy grave para nuestra economía futura y muy difícil de sustituir este tipo de negocio por otros proyectos muy complicados de poner en funcionamiento a corto y medio plazo.