La Federación Española de Jugadores de Azar Rehabilitados (FEJAR) acaba de realizar su IV Jornada Científica el el Salón de Actos de la ONCE en Madrid con el fin de abordar aspectos concretos en el desarrollo de problemas con el juego.
Para las personas que solo conozcan el juego de azar por las máquinas tragaperras de los bares o por las millonarias campañas de publicidad de la televisión y la radio incitando a jugar a las personas, seguramente ven normal que España se haya convertido en un lodazal e inmenso campo de apuestas en busca de inocentes que caigan en la enfermedad de la ludopatía. Porque es tan grande e inmenso el negocio del juego en España que nos parece normal que después del telediario, la ONCE y la LOTERÍA NACIONAL nos recuerden todos los días que es fácil hacerse millonario con unas monedas, eso sí, después tendremos en todos los programas de radio y televisión todas las posibilidades de engancharnos a cualquier tipo de apuesta para ver si se consiguen algunos cientos más cada día de inocentes españoles que caigan bajo las garras de empresarios que buscan cómo seguir arruinando a las cerca de 300.000 personas que están enganchadas al juego en España.
Gracias a FEJAR, los políticos y los empresarios del juego en España, la mayoría de ellos pertenecientes a multinacionales con sedes en paraísos fiscales tienen al menos a una entidad que les saca los colores y trabaja para ayudar a esos cientos de miles de personas que se han arruinado por vivir en el país más permisivo con el juego en el mundo.
Juan Espinosa trataba de explicar a la audiencia en la mesa de inauguración de esta jornada que en España se trataba con excesiva visceralidad el sector del juego y que había que abandonar ese trazo grueso crítico con este sector para situar realmente los riesgos que el juego de azar tiene sobre las personas.
El Sr. Espinosa señalaba que nos tenemos que apoyar en estudios con la comunidad científica para conocer los posibles perjuicios del juego.
¿ Quién va a solicitar esos estudios a los científicos que van a realizar esos trabajos sobre el juego para demostrar que no es tan peligroso como dicen las cifras de ludópatas que tenemos en España ?
También se sentía feliz el Sr Espinosa cuando explicaba que se van a realizar campañas divulgativas con los equipos de la liga de fútbol para que los menores no jueguen ¿ De España ? Será gracioso ver como los equipos de fútbol hablan de prevención del juego, cuando 19 de los 20 equipos de la liga de fútbol tienen publicidad de casas de apuestas.
La Delegada del Plan de Drogas María Azucena señaló que hay que trabajar para que el juego sea un ocio, no un drama para las personas y sus familias.
Javier Urra, Doctor en psicología y Doctor en Ciencias de la Salud preguntó a la audiencia ¿Que lleva a las personas a perder su dinero? . Estamos en una sociedad donde muchas personas empiezan a perder las ganas de conseguir cosas con esfuerzo, prefieren buscar el dinero fácil. Si además se ha dejado proyectar el juego por toda España y de todas las formas posibles, va a resultar difícil que luego se prohíba.
El Sr. Urra dio cifras demoledoras en su ponencia como que el 36% de los jóvenes juegan antes de cumplir su mayoría de edad o que anualmente entran en salones de juego en España más de tres millones de personas y que tenemos más de un millón y medio de jugadores ONLINE.
Señaló que en los salones de apuestas, el 30% de los jugadores son jóvenes inmigrantes. Tenemos que recordar que en estos establecimientos las consumiciones son muy baratas o incluso se regala para fomentar la permanencia de los jugadores en los locales.
Una magnífica jornada donde FEJAR tiene un importante papel para seguir trabajando para que las administraciones piensen más en las personas y no en el dinero que reciben de los impuestos que produce el juego en España, porque entre otras cosas, la mayoría de las multinacionales que arruinan a centenares de miles de personas cada año en España no pagan impuestos aquí (o procuran pagar los mínimos) , ya que tienen sus domicilios en ciudades amigas como Gibraltar o Malta.
José Manuel Dolader