Una pandemia como la del coronavirus es un evento que la mayor parte de la población vive por primera vez, por ello genera una intensa incertidumbre y pone a prueba la capacidad de adaptación al medio.

Frente a estas dificultades se puede reflexionar para el desarrollo de nuevas estrategias, suponiendo una oportunidad de innovación. Con este objetivo, varios profesionales decidieron colaborar telemáticamente los días 7 y 8 de Mayo para el desarrollo de unas jornadas auspiciadas por la UNED de Cartagena sobre prevención del suicidio y el coronavirus.

Iogo de la UNED de Cartagena.

Durante una hora realizó la primera intervención Cesar Giner Alegría, que destacó datos epidemieológicos básicos acerca del suicidio: su preponderancia en el sexo masculino, el hecho de que se suiciden en España 10 personas al día (cada dos horas y media), así como reseñar el aumento de suicidios debido al confinamiento.

Por otro lado estuvimos viendo que, al contrario del conocimiento popular, los expertos saben que el suicidio si puede prevenirse a través de la detección temprana, el apoyo psicosocial y favoreciendo la visibilización del problema. Por ello es fundamental trabajar en la concienciación de la población general, para esto último existe una guía para hablar del suicidio en medios de comunicación, desarrollada por la organización mundial de la salud.

El suicidio es multicausal y, para evitar su análisis simplista, el ponente reclamó la importancia de la criminología y la psicología como los medios para desentrañar la multitud de factores en interacción, llegando a conclusiones a través del análisis de todos los datos posibles y no atribuyendo causalidad a uno solo de los factores.

Frente al aumento del suicidio durante el confinamiento Cesar Giner comentó que “la búsqueda de la seguridad no es la muerte”. Dejando claro que el suicidio como estrategia de control o afrontamiento es una falacia.

Arriba a la izquierda, Marly Johana Bahamon, Investigadora en la Universidad Simón Bolivar de Colombia.

En segundo lugar vino a hablar sobre el comportamiento suicida en la adolescencia Marly Johana Bahamon, doctora en Psicología, que presentó el muy importante papel de REDISUI, la Red Iberoamericana de Suicidiología. Dejó claro desde un principio que el suicidio es una muerte prevenible que se da en un continuo de conductas que puede interrumpirse en cualquier momento.

Nos informó del importante papel de la desesperanza aprendida, es decir, la indefensión basada en la creencia de no tener recursos y en la idea del “no poder”, o no ser suficiente. Esto puede conllevar estrategias de afrontamiento que pongan la emoción en primer plano y con un exceso de autoculpabilización.

Muy relacionado con una regulación emocional patológica estaría la conducta autolesiva, que se da en mayor grado en aquellas personas que hayan tenido una infancia con presencia de abandonos y en entornos emocionalmente alienantes, lo que puede llevar al adolescente a sentir que no puede expresar sus emociones. Algunos estilos educativos basados en el control y la imposición también podrían ser un factor más en la influencia de la aparición de la ideación suicida.

El confinamiento es, además, un periodo en el que se pierden los factores de protección provenientes de los órganos y actores sociales, según Marly “el adolescente puede percibir que nadie le va a poder ayudar”. Por ello es fundamental estar pendiente de las señales de alarma, entre las que destacan el aislamiento social, la desregulación del sueño, la conducta disruptiva o imprudente, así como los cambios drásticos y repentinos del estado de ánimo. Ante todo, si sospechamos de la presencia de la ideación suicida, lo más importante es preguntar abiertamente en un contexto comunicativo de seguridad y tranquilidad.

José Manuel Dolader durante su ponencia.

Para terminar el primer día de ponencias José Manuel Dolader vino a presentar el proyecto del Teléfono Contra el Suicidio 911 385 385 en el que todos los días de 9 de la mañana a 21 de la noche hay un psicólogo dispuesto a escuchar a la persona con ideación suicida. Nos dejó claro que “nadie quiere morir, solo dejar de sufrir”.

Tras un periodo de tiempo en el que lo importante para la población era sobrellevar las consecuencias del coronavirus, ahora es fundamental volver a retomar la prevención del suicidio, con el objetivo final de lograr el tan ansiado plan nacional de salud pública para la prevención del suicidio.

Leonardo Martín Dorony

Durante la segunda jornada Leonardo Martín Dorony, miembro fundador y secretario general de la Asociación de Suicidiologia de Latinoamerica y el Caribe, vino a explicar los efectos del coronavirus en la sociedad y como esta crisis lo que hace, en realidad, es visibilizar todas las crisis anteriores, movilizando recursos y potenciando malestares, suponiendo una oportunidad perfecta para aprovechar la crisis para generar cambios positivos.

Quiso resaltar la importancia de los equipos psicosociales de apoyo telefónico y la importancia de todos los profesionales de la salud para paliar los efectos del COVID-19. Por otro lado habló de la psicotización de la sociedad, la proyección en la búsqueda de culpables que se está dando en todo el mundo, con un incremento de la xenofobia. También se está dando un “empoderamiento de la masa para matar” dejando a la luz la parte perversa de la sociedad que busca someter a un contagio a los demás, siendo todo esto un fenómeno de la cultura globalizada.

Frente a los aspectos que se visibilizan como “decadentes“ durante la pandemia, es importante resaltar cómo se vuelve también a recuperar la importancia de lo comunitario, quiso defender, no una vuelta a la normalidad, sino a un intento por desarrollar un nuevo tejido social más inclusivo, colectivo y solidario, alejado del “mercantilismo capitalista”.

Víctor Javier Navarro es un experto en prevención que participa de forma habitual en proyectos internacionales. Víctor estará presente en el I Maratón Solidario por la prevención del suicidio y el duelo que se realizara el próximo 6 de junio el Teléfono Contra el Suicidio.

Victor Javier Navarro, criminólogo, profesor asociado a la UNED y policía municipal en Cartagena defendió durante su intervención el uso responsable de las nuevas tecnologías, como un exponente del concepto de “salud digital” algo fundamental, especialmente en los más pequeños.

Durante la conferencia se detuvo en el caso de aquellos jóvenes que se dejan llevar por las redes sociales, poniendo en peligro su vida con el objetivo de cumplir un reto online. Abogo por la protección y el control parental responsable.

Destacó que en ocasiones el mero hecho de compartir con nuestros hijos esos momentos de ocio online supone una de las mayores oportunidades para ser el mejor filtro. Reseñó que el mayor peligro de los niños es la educación de los padres, es fundamental priorizar otro tipo de actividades, como los deberes o el ejercicio físico. Llamó a los asistentes a no echarles la culpa a los menores, sino ser el mejor ejemplo para ellos.

El último ponente de la jornada fué Deytel Beita Jiménez, Jefe de Operaciones de la Policía Municipal San José (Costa Rica). En la fotografía de portada vemos al Sr, Beita con su equipo en su comisaría. Resaltó el papel fundamental de la policía como elemento garantista del cumplimiento de las normas sanitarias durante la pandemia. Ligó la labor policial con situaciones estresantes, de gran carga emocional e incertidumbre. Por otro lado los turnos rotativos y los horarios largos también generan una factura física y afectan al ámbito social y laboral de los agentes.

Defendió que no tener en cuenta estas dificultades puede llegar a “diezmar las capacidades operativas de la unidad”. A todo esto hay que añadirle la responsabilidad de poder generarle un daño a alguien en el cumplimiento del deber.

A todas las dificultades habituales en la vida policial hay que añadir la situación inédita de la pandemia, lo que añade mayor estrés. El ponente destacó que el policía está más dotado para hacer frente a amenazas tangibles y el miedo al contagio, en ausencia de una vacuna, es un factor muy importante a tener en cuenta, especialmente cuando se le añade el temor a contagiar a la familia del propio policía, lo que puede generar mayor aislamiento y soledad.

Frente a todo esto Deytel recomendó no maximizar la percepción de amenaza, alejarse de los estereotipos de superhéroe y reconocer las señales de alarma en sus compañeros. Recomendó aceptar las propias dificultades y solicitar ayuda. Hizo especial hincapié en el papel de la automotivación, fomentando el espíritu crítico frente a los mensajes catastrofistas y las fake news, así como establecer pautas de autocuidado, auto recompensa y el desarrollo de motivaciones ajenas al trabajo.

Por último hizo una llamada al liderazgo responsable, el ejercido por los jefes que protegen a la unidad, recompensan el compromiso con el deber y destacan los aspectos positivos en la sociedad de la labor policial. También pidió a los agentes que sean conscientes de su papel de liderazgo y den siempre buen ejemplo con sus acciones en servicio.

Con su intervención terminó la última jornada de ponencias en la que los asistentes virtuales pudieron disfrutar de la experiencia de profesionales de diferentes ámbitos con un único objetivo común, mejorar la salud biopsicosocial de la sociedad y mejorar la calidad de vida de la población.

Podemos escuchar todas las ponencias en este enlace de la UNED de Cartagena:

http://unedcartagena.net/prevencionsuicidio

Hemos de señalar que estas jornadas han servido de motivación a la Asociación la barandilla, promotora del Teléfono Contra el Suicidio para crear el próximo 6 de junio el I Maratón Solidario por la Prevención del Suicidio y el Duelo desde las 11 horas hasta las 19 h. a través de las redes sociales como podemos leer en esta noticia:

https://politicalocal.es/74106/i-maraton-solidario-la-prevencion-del-suicidio-6-junio/

Javier Parejo

Psicólogo Sanitario.