Pocas veces los partidos políticos han tenido una oportunidad mejor para demostrar a la sociedad española que les votan para algo más que para colocar a sus afiliados más importantes en puestos de trabajo con millonarios sueldos.

El Covid-19 ha aflorado los sentimientos más solidarios con acciones a nivel colectivo e individual que nos permiten creer que puede salir una sociedad mejor tras el paso de la peor crisis económica y social de este siglo XXI.

Sin embargo, las estrategias de los partidos políticos en España han demostrado que sus intereses particulares están por encima de salvar las miles de vidas a juzgar por la nefasta gestión de las autoridades nacionales y regionales.

En La Rioja, el sábado 7 de marzo las residencias de personas mayores solo permitían la visita de una persona por residente, obligaban a llevar mascarilla y guantes. En Madrid, el jueves 27 de marzo la presidenta de la Comunidad de Madrid retiraba las competencias sobre las residencias al Consejero de Servicios Sociales Alberto Reyero, que se había convertido en un Consejero incómodo para la Comunidad al haber sacado en octubre del año anterior el listado de las residencias que habían sido multadas en Madrid por distintas faltas e irregularidades cometidas desde el año 2014 al 2018.

La Residencia de la Tercera Edad Sierra Salud en la localidad de Moralzarzal fue multada en el año 2015 por dos graves infracciones con 20.002€ y 38.0001€, en el año 2016 recibió otra multa de 20.001 € y en el año 2018 otra de 6001 €.

La Residencia de Atención Integral de Mayores los Olivos en la localidad de Fuente el Saz del Jarama fue multada en el año 2016 por tres infracciones con 35.000€, 14.000€ y 6000€ y de nuevo en el año 2018 con 18.000€.

El consejero de Políticas Sociales de la Comunidad de Madrid, Alberto Reyero, pidió en la mañana del jueves 18 de marzo que los militares intervinieran con su personal sanitario en las residencias para frenar el brote de coronavirus que estaba causando decenas de muertes. Pero la petición fue desestimada por la presidenta, Isabel Díaz Ayuso, que se negó a dar traslado de esa reclamación al Gobierno central.

Un grupo de trabajadoras de una residencia de Pozuelo de Alarcón agradecen a los militares de la UME la visita a su residencia para desinfectar sus instalaciones.

Esto anterior podría parecer un caso aislado del mal comportamiento de nuestras autoridades en la lucha contra el coronavirus con sus rivalidades entres socios de la Comunidad de Madrid, sin embargo 4 días después la Ministra de Defensa, Margarita Robles, aseguró que los miembros de las Fuerzas Armadas habían encontrado en las residencias de mayores de la Comunidad de Madrid a ancianos muertos en sus camas y avisó de que serían «implacables y contundentes» contra este tipo de acciones. La Ministra quiso dar un paso más en el afán propagandístico del gobierno de la nación, pero demostró su nulo conocimiento de la realidad de las residencias de personas mayores ya que en aquel momento las funerarias se negaban a llevar más muertos porque las morgues no podían asumir tantos fallecimientos de hospitales, residencias, particulares, etc. El gobierno regional se vio obligado a abrir dos morgues en el Palacio de hielo y en el IFEMA esa semana ya que en Madrid fallecían diariamente más de 150 personas y la Funeraria Municipal de Madrid anunció ese lunes 23 que no recogería víctimas de Covid-19 por la falta de material adecuado para proteger a sus operarios. Además la Ministra de Defensa ignoraba también que cuando fallece una persona en una residencia tiene que ser un familiar o quien tenga la tutela quien se haga cargo del fallecido.

Como vemos, los distintos responsables se culpan unos a otros desde sus despachos o desde sus puestos ministeriales con todo tipo de precauciones sanitarias mientras que más de 200.000 excelentes profesionales que trabajaban en aquellos días en las residencias de todo el país carecían todavía del material sanitario necesario para limpiar, dar de comer o vestir a los ancianos que viven en esas residencias.

Hemos de recordar que en las más de 5.300 residencias existentes en España se atienden a más de 370.000 personas mayores, y que la inmensa mayoría de estos usuarios son personas que vivían solas y no podían llevar una vida normalizada por su edad, deterioro físico o cognitivo o que sus familiares no pueden atenderles debidamente y los llevan a una residencia donde les prestan las debidas atenciones.

Es en este punto cuando tenemos que reconocer el gran esfuerzo que están realizando estos trabajadores de residencias donde por ejemplo los gerocultores , también conocidos como auxiliares de geriatría, que son profesionales que trabajan en la atención diaria de estos ancianos, cobran según el convenio de su sector 997€ mensuales de salario base, muy alejados de otros profesionales o los cuerpos de seguridad que aplaudimos todos los días.

El apoyo de las administraciones locales y sanitarias y el estar ubicada la Casa Hogar el Sauce en en las afueras del casco urbano en Lucena ha hecho que ningún residente ni trabajador tengan el Covid-19

Escuchamos todos los días a grandes medios de comunicación, y no tan grandes, hablar de los miles de muertos que se están produciendo en las residencias españolas, pero no comentan que son personas con todos sus derechos y que debido a su deterioro físico no se les ha permitido durante mucho tiempo ir a los hospitales ya que las autoridades y muchos profesionales de la salud consideraron que era más prioritario salvar la vida de otras personas más jóvenes que estas personas mayores que viven en residencias.

El 14 de marzo se decretó el estado de alarma, más de 40 días después, en muchas de las residencias de todo el país, todavía a los trabajadores de las mismas no les han hecho un test para ver si están contagiados con el Covid-19, cuando a diferencia de millones de españoles que salimos a aplaudir a las 20h, ellos tienen que coger el metro, el autobús o su coche para ir a atender a sus mayores con una dignidad que no merece el mal trato que los políticos, los medios de comunicación y la sociedad en general les estamos dando.

Hubiera resultado más humano que todos los profesionales de los principales partidos políticos se hubieran puesto de acuerdo para ver como mejorar todas las actuaciones en favor de la lucha contra el Covid-19.

Aunque la fotografía de portada se ha rebautizado como Políticos discutiendo el calentamiento global , la obra se titula «Campaña electoral». Se realizó en el 2011 en Berlín, en la plaza Gendarmarkt. Es una crítica en general a la clase política que hunde todo lo que toca», señala el artista Isaac Cordal .

 

José Manuel Dolader