Gennet Corcuera tiene 38 años. Es etíope. No ve, no oye, y no tiene olfato. Con dos años, tras quedarse sordociega debido a una infección, es abandonada en un orfanato. Era 1984, y Etiopía, un lugar azotado por el hambre y la miseria. Podía haber sido el final, pero el destino salva a Gennet. Carmen Corcuera se cruza en su vida y decide adoptarla y traerla a España. Empieza a estudiar en un colegio de educación especial de la ONCE, donde por primera vez convive con personas como ella, aprende a comunicarse a través de la lengua de signos y se le permite desarrollarse. Llega a la Universidad, donde estudia Educación Especial y se convierte en la primera persona sordociega europea que consigue un título universitario. Actualmente trabaja como educadora especial en el único centro residencial especializado en sordoceguera que hay en España.

La película, rodada en España y Etiopía, está protagonizada por Gennet Corcuera, Miriam Díaz-Aroca, Ángela Molina, Miki Molina, Zewdu W. Mariam y Miguel Ángel Tobías.

Desde la Asociación la barandilla recomendamos esta película por el valor que tiene como comenta Irene Villa en la Razón y que adjuntamos en esta nota y por la extraordinaria interpretación de Miriam  Díaz Aroca, una de las actrices más comprometidas en España con las personas que sufren.

Miriam Diaz Aroca y Pepe Viyuela presentado el pasado lunes 1 de abril la Gala Solidaria organizada por la Asociación la barandilla para dar visibilidad al problema de salud nacional que tenemos en España con el suicidio

Esta nota publicada a continuación corresponde a Irene Villa que la ha escrito ayer día 7 en su sección del periódico La Razón.

Miguel Ángel Tobías acaba de estrenar la historia de la primera sordociega de nuestra época que logró un título universitario en Europa, teniéndolo, aparentemente, todo en contra. Antes teníamos el referente de Hellen Keller, seguro que todos la recuerdan, pero nació en 1880, y desde entonces no hay otro referente que haya logrado tal propósito. Han tenido que pasar décadas para que Gennet vuelva a demostrar que se puede. Otra mujer y en unas condiciones de extrema pobreza y hambre.

La película recién estrenada «Me llamó Gennet» es ya un éxito porque consigue, a través de su protagonista (quien se interpreta a sí misma en la edad adulta), contagiar fortalezas humanas y amor por la vida.

Dicen que estamos en una sociedad débil, volátil, que lleva a nuestros jóvenes a vagar sin rumbo fijo, con baja tolerancia a la frustración y sin valores demasiado sólidos. Un cóctel negligente y peligroso que hace que se debiliten los vínculos humanos y todo parezca provisional y frágil.

Por eso esta película viene en el mejor momento a darnos un enorme empujón cargado de fuerza y esperanza en el ser humano. Gennet, un auténtico ejemplo de vida, no se rinde pese a ser abandonada en un orfanato de Etiopía cuando apenas era una niña de dos años. Ha conseguido tener una vida plena e incluso una profesión: ser profesora en Sevilla.

Gennet desafía esa «sociedad líquida» caracterizada por carecer de compromisos y valores, donde prima el individualismo y el hedonismo, y lo hace con una férrea voluntad de vencer todas las barreras en medio del más absoluto silencio y la plena oscuridad.

Si es cierto eso de que nuestra sociedad es una sociedad cada vez mejor formada, tiene también que nutrirse de ejemplos maravillosos como el de esta mujer que en el año 2012 se convirtió en la primera persona sordo ciega con una diplomatura en Educación Especial y con su historia, de la que tanto hemos de aprender.

Gracias a esta película de obligado visionado, especialmente los más jóvenes, aprenderán a no darse por vencidos.

Nota de la redacción Gracias Irene Villa por tu recomendación y gracias Miriam Díaz Aroca por ser una persona tan maravillosa.

José Manuel Dolader