Vega y Miguel tenían dos hijos, pero uno de ellos decidió que la vida no valía la pena vivirla y un día se suicidó. Este matrimonio después de unirse a un grupo de duelo para superar el dolor más terrible profundo que pueden tener unos padres, durante unos años han sido un ejemplo para los medios de comunicación y para muchas personas que pasan por este trance, como un ejemplo de superación y apoyo a otras víctimas sobrevivientes a un ser querido.

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